Muchos de nosotros somos cuidadosos con nuestras velas, en especial si son nuevas. Les damos un trato especial, las izamos y arriamos cuidadosamente, las plegamos o enrollamos de la manera más prolija posible y también acostumbramos guardarlas en lugares con poca humedad.
Lo cierto es que independientemente del trato que le demos a nuestras velas, ellas irán sufriendo el uso normal y lentamente irán perdiendo la forma óptima con la cual fueron diseñadas. Por supuesto que un cuidado extremo como el que mencionamos anteriormente prolongará la vida útil de la vela, pero es un hecho que nuestras velas no duran para siempre.
Someter las velas al uso normal para el cual fueron hechas provocará que con el tiempo sufran distintos esfuerzos y maltratos que son propios de la intensidad del viento, las viradas, el flameo, las horas de uso, etc…. Esto en conjunto con los rayos UV, los cambios de temperaturas y hasta el aire mismo, harán que la forma de nuestras velas vaya mutando con el tiempo.
Con el uso a lo largo del tiempo, nuestras velas comenzarán a aplanarse el borde de ataque y se harán más redondas en su borde de fuga. La profundidad que en su momento supo estar en la zona media y frontal de la vela se irá moviendo hacia atrás, lo que generará un perfil completamente opuesto al perfil ideal con la entrada más bien redondeada y una salida plana.
Lamentablemente esto es algo que ocurre y que muchas veces pasamos por alto debido a que no es fácilmente visible a primera vista y, por lo tanto, nuestra evaluación sobre si una vela es competitiva o no, normalmente no se basa en un análisis correcto. A menudo relacionamos competitividad con el aspecto de la vela y ello no siempre es así. Claramente una vela bien cuidada puede parecer nueva después de uno o dos años, pero con seguridad ya no tendrá la misma forma que tenía originalmente. Tejidos como el Kevlar, Carbono o velas con tecnología 3Di retienen la forma original de la vela más tiempo que otros materiales como el dacron. Sin embargo, el trabajo que detallaremos a continuación se puede realizar para cualquier tipo de vela y tejido.
La gran pregunta es, ¿Cómo podemos evaluar el deterioro de la forma de las velas?
Todo comienza con una foto. La única manera para hacer un análisis de la forma de la vela es mediante una imagen de la misma. Pero por simple que parezca, esto también requiere de ciertos cuidados. Para hacerlo de manera efectiva debemos tener los siguientes recaudos.
Condiciones
Si queremos analizar la performance de nuestras velas, lo ideal será tomar las fotos en el rango de viento correcto para cada vela. Si quisiéramos analizar la forma de nuestro Genoa Light Medium, por ejemplo, tendremos que tomar las fotos en condiciones de viento entre 5-10 nudos de viento real (T.W.S ).
Deberemos navegar en un rumbo de ceñida y trimar las velas de manera correcta. Si el trimado no es correcto, ello se reflejará en las fotos y nos puede llevar a hacer un análisis incorrecto. Debemos simular lo más exactamente posible una ceñida de regata. Una vez logrado esto es el momento de tomar las fotos.
Posición
Lateralmente deberemos situarnos en crujía o levemente a barlovento. Por ejemplo, para una mayor trimada para poco viento será necesario colocar la cámara a barlovento de crujía, debido a la posición de la botavara. Longitudinalmente la manera correcta es situar la cámara en la mitad de la base de la vela en cuestión. Verticalmente debemos colocar la cámara lo más baja posible y puede que resulte necesario sentarse en el piso o incluso en algunos casos sacar las fotos acostado sobre cubierta. Claramente todo esto es más fácil de hacer en las mayores que en las velas de proa. Para estas últimas suele ser útil usar el modo “selfie” del teléfono y así controlar mejor lo que se enfoca.
El objetivo de la foto es que la vela y todas sus líneas de trimado entren en el cuadro, para esto será necesario olvidarnos del horizonte e inclinar la cámara o teléfono hacia popa o proa. Una vez lograda la posición, es recomendable tomar varias fotos para luego poder descartar las que hayan salido mal.
Datos
La recopilación de datos es igual de importante que una foto bien tomada. Registrar datos como: intensidad de viento, condiciones de ola, tensión del estay popel y toda información que nosotros consideramos útil es de suma importancia y siempre es mejor que sobren datos a que falten. Una foto de los displays del instrumental permite registrar fácilmente esta información.
Una vez logradas las fotos, debemos enviárselas a nuestro representante de North Sails, quien cuenta con las herramientas indicadas y precisas para analizar la forma de sus velas. Él le dirá si es tiempo de hacer algún ajuste en la vela para renovar su forma y así volverla competitiva nuevamente. También y gracias a las fotos, podrá ayudarlo a mejorar el trimado y puesta a punto.
Dependiendo del estado de la vela se pueden sugerir distintos trabajos para mejorar su forma y performance, desde modificar la dureza de los battens , realizar unos cortes “Take Ups” o “Moon pies” para mejorar una determinada sección de la vela o modificar la curva de gratil para que se adapte mejor a la curva del mástil . Estos trabajos, si fuesen necesarios, serán presupuestados y enviados junto con un informe general de nuestros diseñadores sobre cómo estamos trimando nuestras velas.
Tener una vela rápida a lo largo del tiempo, solo depende de nosotros.
Agregar o quitar curva de gratil hará que la vela se adapte mejor a la curva del mástil. Una modificación “Moon Pie” hará que se aplane la salida de la vela, Consiste en un corte recto y uno curvo para luego volver a unir y así lograr el objetivo.
Fuente North Sails - Sailing Gear
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